De pie, siempre erguido, con la sonrisa amplia que describe al cubano alegre y optimista, con su fe en el porvenir, como parte de su querido e inseparable pueblo, Camilo es la simiente misma del héroe, el hombre sencillo y modesto, fiel al Comandante en Jefe y patriota inclaudicable.

Suman cientos los apelativos que califican al Señor de la Vanguardia como ese hombre que, salido de las entrañas mismas de su tierra amada, deslumbró siempre como el dispuesto a sacrificarlo todo por el bienestar de los demás.

El guerrillero intrépido, quien no temía al peligro, el Comandante eterno con su sombrero alón y su sonrisa a flor de labios, nos inculcó siempre que defender la bandera y la patria amada, era un deber permanente de cada cubano digno.

Porque Camilo es la imagen del pueblo y en su renuevo continuo e inmortal nos ha legado esa fibra de entrega sin límites, de decoro y fidelidad, de sencillez y humildad, de tesón y patriotismo para continuar cada batalla en defensa del ideal revolucionario que tanto amó.

El Héroe de Yaguajay sigue en pie de lucha, nos llama al combate cada día para ser cada vez mejores, como hijos legítimos de su querida tierra, como verdaderos e invencibles guerreros de estos tiempos.

(Autor: Carlos G. González Ruiz)

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