Con seis de los 10 municipios sin mortalidad infantil en niños menores de un año y una tasa de 3,7 fallecidos por cada mil nacidos vivos, Ciego de Ávila se sitúa entre las dos mejores provincias del país en ese renglón en lo que va de año.
Esa cifra resume el desvelo y la entrega del personal médico y paramédico, y la fortaleza de los Grupos Básicos de Trabajo, aparejado a un intenso quehacer en el trabajo intersectorial que rinde frutos y dibuja sonrisas y esperanzas en la familia cubana.
Muestra de la solidez del Programa Materno Infantil (PAMI), en Ciego de Ávila, es que hasta mediados del presente mes se reportan 1 622 nacimientos, con solo seis menores fallecidos, 11 menos que en igual periodo de 2023, según precisiones del doctor Osvaldo Ondarza Vergara, subdirector de Asistencia Médica y Social en el sectorial provincial de Salud en Ciego de Ávila.
Para que la provincia pudiera alcanzar tal logro, ha sido fundamental la labor en los municipios que no han tenido que lamentar muertes en estos meses: Chambas, Morón, Bolivia, Ciro Redondo, Venezuela y Florencia, este último con especial reconocimiento por ser el único cuyas demarcaciones se encuentran dentro del Plan Turquino-Bamburanao.
En Ciego de Ávila, autoridades de los Consejos de Gobierno provinciales y las asambleas municipales del Poder Popular, junto al personal de la Salud, mantienen un programa de visitas a las instituciones sanitarias, especialmente las dedicadas al Programa Materno Infantil, para apoyar al sistema y minimizar los problemas que afectan los resultados.
La reparación de consultorios, la atención esmerada en los hogares maternos, respaldada por una campaña comunicacional y el apoyo de actores económicos, entre los que se encuentran las cooperativas agrícolas y campesinos del sector que han contribuido con la entrega de alimentos, también contribuyen al avance en el PAMI.
(Autor: Ortelio González Martínez)