Desde la disipación de Beryl, “el recordista” en la madrugada del nueve de julio, ha comenzado una sequía de ciclones similar a la del pasado año, cuando la concentración de polvo del Sahara frenó los eventos de su tipo hasta bien entrado el octavo mes del año.
Agosto abre la parte más activa de la temporada ciclónica, que en la presente específicamente, a pesar del retraso en la aparición de “La Niña” pude tener un despertar vertiginoso, dejando el camino a un septiembre muy activo y a un octubre siempre muy peligroso.
En sus Perspectivas Climáticas, el Instituto de Meteorologia indica que el trimestre agosto-octubre dispondrá de acumulados de lluvias por encima de los valores promedio históricos.
Algo que no solo se relaciona con la actividad ciclónica en ese periodo que pudiera tener un comportamiento muy por encima de las cifras normales. Esto puede responder a que las condiciones serán propicias para que otros sistemas de características tropicales, tales como onda o bajas, aunque no tengan un desarrollo ciclónico nos dejen lluvias.
¿Y del calor? Pues que vamos a seguirlo sintiendo y que al parecer no solo en la actividad ciclónica agosto le pasará la batuta a los otros dos meses del trimestre, sino también estos tendrán valores mínimas y máximos por encima de los habitual. Recuerde siempre que esto no quiere decir que por el efecto de lluvias no podamos tener algún que otro día de verano con temperaturas agradables.
(Cubadebate/Redacción Informativa)