Magaly Zamora Morejón
La situación higiénico-epidemiológica de la provincia de Ciego de Ávila, durante las últimas semanas, con la presencia de arbovirosis como el dengue y la Fiebre de Oropouche, demanda una respuesta no solo de las áreas de la Salud, sino de todas las organizaciones políticas y de masas en la comunidad, para realizar pesquisas efectivas y contribuir al saneamiento de hogares y zonas aledañas.
José Luis López González, subdirector provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología, explicó que, sin llegar a ser complejo, el panorama muestra un incremento en el número de personas con síntomas febriles en casi todos los municipios y de casos diarreicos agudos, lo que se agudiza con la llegada del verano, el aumento de las temperaturas y las lluvias que propician los criaderos de vectores.
Precisó que se ha confirmado la presencia del virus o Fiebre de Oropouche, transmitido por el Culicidae (mosquitos) y Culicoides (jejenes), en los municipios de Majagua, Bolivia y Ciego de Ávila, y se recolectan muestras de pacientes con características de la enfermedad en otros territorios para enviarlas al Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK), de La Habana, donde se encuentran los laboratorios de referencia nacional.
La provincia mantiene, de forma permanente, la vigilancia de estas arbovirosis, y de todas las enfermedades trasmitidas por vectores; pero ante la alta incidencia de casos febriles en todas las localidades prácticamente, se actualiza el plan de medidas y se trazan estrategias para su enfrentamiento, detalló el especialista.
López González insistió en que es un error permanecer en la casa sin atención sanitaria o automedicarse, pues aunque el Oropouche produce fiebre y malestar general, crea inmunidad, generalmente transcurre sin complicaciones y permite la recuperación de las personas en pocos tiempo; sin embargo, el dengue, con características similares en su comienzo, demora más y tiende a agravarse con el paso de los días.
La mayor preocupación, dijo, está precisamente en el dengue, que cuenta con cuatro serotipos y desde hace dos años, circula en la provincia el serotipo número tres, que es el más grave, por lo que quedarse en la vivienda puede complicar los casos con cuadros de deshidratación.
El directivo alertó que, debido a la situación actual del país, no es posible hacer fumigaciones masivas como en etapas anteriores, por lo que solo se visita la vivienda del enfermo, se efectúa el tratamiento focal por parte de vectores, y se fumiga la casa del febril y las aledañas, de ahí que cobra mayor importancia la acción consciente de todos y el trabajo multisectorial en la comunidad, para la realización de charlas educativas, pesquisas y acciones de saneamiento.
Recordó que a diferencia del Aedes aegypti, que lo hace en agua estancada, pero limpia, el mosquito Culex quinquefasciatus se propaga, incluso, en aguas albañales, vive fuera de la vivienda y se reproduce en cualquier depósito del líquido.