RHC/18 de abril de 2024
Cuba mantiene una política de tolerancia cero a las drogas, por lo que sostiene el combate al tráfico de estupefacientes e impulsa la educación de la población y la prevención como estrategias de enfrentamiento.
De acuerdo con el Coronel Juan Carlos Poey, jefe del órgano especializado antidrogas del Ministerio del Interior, aunque esta nación caribeña no es productora de esas sustancias, su situación geográfica la ubica en un punto intermedio entre los países de origen del narcotráfico (al sur) y el mayor consumidor (Estados Unidos, al norte).
Afirmó que como resultado de operaciones contra narcotraficantes en alta mar, muchas veces son lanzados los alijos que arrastrados por las corrientes marinas llegan a las costas cubanas, fundamentalmente al norte de las provincias de Guantánamo, Holguín, Las Tunas, Camagüey y la cayería norte de Ciego de Ávila (en el oriente).
En la porción occidental de la isla, estos recalos por la costa norte se producen principalmente en la zona del Mariel, provincia de Artemisa, y por la sur en Pinar del Río, el municipio especial Isla de la Juventud y la Ciénaga de Zapata, en Matanzas, detalló el oficial al programa Hacemos Cuba, de la televisión nacional.
Sin embargo –apuntó- cubanos residentes en el exterior han intentado introducir drogas por las vías marítima y aérea, fundamentalmente en la zona occidental del país, e informó que en 2023 se interceptaron tres operaciones de este tipo.
Detalló que tal actividad afectó el pasado año a varios aeropuertos internacionales de la isla caribeña, a través de envíos de carga no acompañante y paquetería.
Remarcó Poey que Cuba tiene la tecnología y el personal capacitado para detectar la entrada de todo tipo de drogas.