Granma/30 de octubre de 2023
La principal convocatoria en estos momentos tiene que ser a producir más con nuestro propio esfuerzo, con nuestro propio talento y con nuestras propias capacidades y potencialidades, no hay otra salida, porque no existen medidas mágicas que puedan cambiar –de un momento a otro–, en el corto plazo, la situación actual que vive el país, enfatizó el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en la más reciente reunión del Consejo de Ministros, que estuvo dirigida por el primer ministro, Manuel Marrero Cruz.
El Jefe de Estado aprovechó este espacio con la máxima dirección del Gobierno en la nación, para compartir los análisis llevados a cabo con los burós provinciales del Partido Comunista y los gobernadores en todos los territorios durante este mes, en los cuales se evaluaron los compromisos contraídos en cada lugar a fin de superar la compleja situación económica que atraviesa Cuba.
Si bien las afectaciones provocadas por el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el Gobierno de Estados Unidos son una verdad innegable, el Presidente Díaz-Canel reconoció que hay muchas potencialidades en diferentes lugares que aún no se aprovechan, siendo imprescindible promover la «participación popular en todos los procesos, por lo tanto esto parte, también, de que hay que tener un diálogo, una conversación permanente con nuestra población».
El Primer Secretario del Comité Central del Partido hizo mención a las medidas de ahorro, de eficiencia energética y de ajuste en la actividad económica y social que se adoptaron para enfrentar la situación puntual que teníamos con el déficit de combustible.
Al respecto, recordó cómo en las panaderías se buscaron alternativas para usar los hornos no solo con consumo de energía del sistema electroenergético, y las adecuaciones hechas para emplear con mayor eficiencia los medios de transporte, tanto los destinados a las cargas como a la población, particularmente la exigencia de que los medios estatales se pongan en función del transporte del pueblo.
Esas y otras medidas, aseveró, mostraron un resultado, pues «logramos pasar esa etapa, yo diría con menos afectaciones que las que podían existir para la gravedad que se nos presentó en las últimas semanas de septiembre y en las primeras de octubre, pero no podemos desmontarlas».
Así como se deben mantener las que han demostrado su funcionalidad, el Presidente insistió en que «no podemos vacilar en modificar lo que no ha dado resultados y proponer nuevas medidas, proponer nuevas acciones, para seguir elevando la eficiencia energética y el ahorro».
Tras manifestar su convencimiento de que se debe rectificar todo aquello que no ha salido bien, Díaz-Canel instó a los presentes a «escuchar mucho lo que plantea el pueblo, y constantemente estar atendiendo los estados de opinión de la población», así como también se deben «escuchar, y valorar con sentido crítico, las propuestas que hacen economistas, expertos, académicos, sobre las posibles soluciones para enfrentar la situación actual».
En sus palabras hizo referencia, además, a la manera en que hay que exigir a las instituciones por el cumplimiento de sus funciones estatales en todos los ámbitos, así como a la prioridad con que se debe trabajar organizadamente desde el territorio, y romper el criterio de que las cosas se resuelven desde arriba, porque «resolviendo los problemas del municipio y la comunidad se resuelven los problemas de la provincia y se resuelven los problemas del país».
Esto significa, argumentó, que «los municipios tienen que trabajar en función de la implementación de las políticas nacionales, de las políticas provinciales y de las políticas municipales que se aprueban y que se acuerdan, pero con el apoyo al nivel que le corresponde de las instituciones nacionales, de las instituciones provinciales y de las propias instituciones y actores que participan a nivel de municipio».
Otro tema crucial abordado por el mandatario estuvo relacionado con la necesidad de estimular la producción de bienes y la oferta de servicios. Para lograrlo, lo primero es producir alimentos, porque «es ese el primer bien que hay que poner en función de la población con mejores precios».
Tierras tenemos, personas tenemos, nos puede faltar combustible, nos pueden faltar insumos, pero hoy no queda más remedio, hay que producir alimentos con técnicas de agroecología, sabiendo que la eficiencia no va a ser la misma, pero hay que producir, argumentó.
Reiteró el concepto, planteado en otras ocasiones, de que la principal fuente de alimentación de la población no puede ser «lo que el país importa centralmente para distribuir con una determinada equidad o justicia social, que a veces cae en el igualitarismo».
De ahí su insistencia en «buscar esos resortes que puedan estimular la producción de alimentos, y que entonces la fuente fundamental de alimentación de la población sea lo que se produce a nivel local, desde los balances locales, y que todo lo otro que importa el país, que seguirá importando en pos de enfrentar la situación, entonces sea para más».
Al referirse al sector empresarial, subrayó que este debe ser capaz de aprovechar todas las potencialidades que tienen las empresas, y que no siempre se tienen en cuenta. Con la fuerza calificada de que disponen, cuando el déficit de combustible u otras causas les impida llevar a cabo su objeto principal, buscar cómo se pueden «realizar otras producciones y servicios a la población que hoy no estamos haciendo», lo cual no solo genera ingresos para los trabajadores, sino mayores ofertas al pueblo.
Asimismo, hizo referencia a la necesidad de potenciar la creación de mipymes en el sector estatal. Existen muchas empresas, argumentó, que tienen estructuras pequeñas que son eficientes en su actividad y están atrapadas por la ineficiencia del resto de la empresa, entonces ni se desarrolla la parte ineficiente ni tampoco la que es eficiente, que a su vez termina siendo ineficiente, y que como estructura independiente en una mipyme podría avanzar.
«Necesitamos que los empresarios apuesten con todo por el país, que piensen como país, y por supuesto eso lleva también una exigencia desde las estructuras de dirección de todos los organismos», valoró.
Entre las prioridades de trabajo se refirió a seguir atendiendo las situaciones de vulnerabilidad; atenuar las «desigualdades que tenemos manifiestas en nuestra sociedad, que nos duelen, que su existencia va en contra de lo que la Revolución desde el punto de vista humanista y de justicia social siempre ha tratado de defender».
En ese propio camino, enfatizó en la necesidad de frenar el éxodo de fuerza de trabajo, sobre todo calificada, desde el sector estatal al sector no estatal; seguir dando prioridad a la Salud y a la Educación; mejorar el funcionamiento de los programas sociales que existen en el país; corregir las medidas que se han implementado como parte de la Tarea Ordenamiento y han demostrado que deben ser modificadas; potenciar la economía del conocimiento; continuar avanzando en el enfrentamiento a la violencia de género; mejorar los indicadores del Programa de Atención Materno-Infantil, la producción de medicamentos, la atención a las personas de la tercera edad y la recreación de los jóvenes.
Son muchas las potencialidades que nosotros tenemos y que tenemos que aprovechar trabajando de una manera diferente, reiteró el Presidente, quien habló, además, de halar parejo, todos juntos, en la misma dirección, sin suplantar funciones y hacer cada uno lo que le corresponde.