Granma/6 de julio de 2023

La transformación de los sistemas alimentarios locales es uno de los desafíos que entraña la correcta implementación de la Ley de Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria y Nutricional, aprobada en mayo del pasado año, en un momento económico muy complejo y de muchas limitaciones de recursos para el país.

Sin embargo, aún no se comprende la urgencia de que no quede un patio, una parcela o un pedazo de tierra sin sembrar, como se analizó en una reunión extraordinaria de la Comisión Nacional de Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria y Nutricional, que coordina el miembro del Buró Político y primer ministro, Manuel Marrero Cruz.

Durante el encuentro –desde el Palacio de la Revolución y que contó con la participación del miembro del Buró Político Salvador Valdés Mesa, vicepresidente de la República–, se profundizó en las estrategias para fortalecer los sistemas alimentarios locales en todos los municipios del país, y se destacó el importante papel que deben desempeñar las comisiones creadas a nivel de provincia y municipio.

Precisamente, el Jefe de Gobierno señaló que, ante las restricciones financieras que enfrenta el país, los impactos del cambio climático y la crisis alimentaria global, la ley enfoca sus contenidos a la organización de los actores, procesos y recursos vinculados a la producción, transformación y comercialización de los productos agropecuarios en los territorios.

Al caracterizar brevemente la situación que tienen hoy los balances de alimentos en Cuba, Roberto Pérez Pérez, viceministro de Economía y Planificación, explicó que la fuente principal y única de la mayoría de los productos es hoy la importación de alimentos, y las fuentes de producción nacional se reducen, con niveles muy bajos y con bajos rendimientos.

«La importación de alimentos ya no puede determinarse por la demanda como se hacía hace cuatro o cinco años, sino por las posibilidades financieras del país, las cuales demuestran que este año no se podrá cumplir lo que está en el plan de importaciones. Además, las producciones nacionales de arroz, frijoles, maíz, carne de cerdo, que han constituido fuente del balance de alimentos durante años, entre otros, tienen muy bajos rendimientos, niveles de producción muy reducidos y costos financieros muy elevados», detalló.

En tal sentido, el vice primer ministro, Jorge Luis Tapia Fonseca, enfatizó en las reservas y potencialidades que tienen las más de 7 000 comunidades del país para producir alimentos de forma sostenible y, por tanto, subrayó la responsabilidad de llegar hasta los consejos populares, circunscripciones, autoconsumos, patios y parcelas.

«Ahí tenemos el reto principal de cómo vamos a producir los alimentos que necesitamos. Esa conciencia del productor es el principal desafío que tiene la Ley. Tenemos que producir los alimentos, porque aquí todo el mundo los necesita, pero lo que plantea es cuándo me los van a enviar».

Reconoció que hay un grupo de alimentos que están en las cabeceras municipales y que existe la comisión, pero todos los que están en la comunidad con tierra alrededor tienen que producir. «Debemos comprender la importancia que tiene para la soberanía producir los alimentos; tenemos que convertirnos en un país de productores, pues somos un país de consumidores».

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