A principios del Siglo XVI, con la llegada de los españoles esta comarca la habitaban grupos de aborígenes de diferentes culturas, con las existencias de cacicazgos. Los principales asentamientos se encontraban en la zona costera de Los Buchillones y las áreas pantanosas de Cunagua, al norte.
En el proceso de colonización se mercedaron varios hatos y corrales, entre estos el de Morón en 1543 y el de Ciego de Ávila en 1577, donde después se fundaron los poblados de esos nombres.
Los documentos existentes registran que fue fundada en 1840 en terrenos del hato de su denominación con el título, o bajo la advocación de San Eugenio de la Palma. Sin embargo, los cimientos fueron echados mucho antes. El hato de Santa Eugenia de la Palma, junto con el realengo Las Altamiras y los hatos de Ciego de la Virgen y Jicotea, fueron delimitados en 1558.
El origen del nombre de Ciego de Ávila se relaciona con la colonización española. En aquellos tiempos se le refería por “ciego” a un terreno que fuera llano rodeado (obstruido o tapiado) por bosques. Y se dice que Ávila era el nombre de uno de los colonos, aunque no se determina con exactitud quien fue o el papel que desempeñó en la colonización de la región.
El 8 de noviembre de 1868 en la finca Las Piedras, los avileños se levantaron en armas contra el régimen colonial español. Se destacaron en esta lucha, los hermanos José, Marcial y Felipe Gómez Cardoso constituidos en símbolos de la historia avileña.
Personalidades de la historia avileña pusieron en alto el coraje mambí: el brigadier Juan Veloso, los coroneles Simón Reyes, Nicolás Hernández Moreno y Justo Sánchez. En este territorio cayeron en combate los generales Honorato y Ángel del Castillo y fusilaron al brigadier Eduardo Mármol.
El 6 de enero de 1875 el general Máximo Gómez cruzó la Trocha de Júcaro a Morón y desarrolló las campañas de Las Villas, atacó los poblados de Ciego de Ávila, Morón y varias fortificaciones españolas.
En la etapa neocolonial se intensifico la penetración del capital extranjero, sobre todo norteamericano, apoderándose de las mejores posesiones. Los ferrocarriles convirtieron a la región en un emporio azucarero. Surgió un fuerte movimiento obrero encabezado por el líder Enrique Varona González.
La lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista halló un terreno fértil en Ciego de Ávila. El movimiento revolucionario tuvo una activa participación en las luchas, como la huelga azucarera de 1955 y la del 9 de abril de 1958. En este suelo nacieron el Comandante Ramón Paz Borroto y Onelio Hernández Taño que ofrendaron sus vidas en la lucha por la liberación del territorio avileño.
Cruzaron por las tierras avileñas las columnas invasoras comandadas por Ernesto Guevara y Camilo Cienfuegos y se crea un frente guerrillero en el municipio Florencia.
(Redacción Informativa)