Tomado de Cubadebate/4 de abril de 2021
El talentoso Guillermo Garcia conectó un bombazo a lo profundo del jardín derecho con las bases llenas y los Alazanes de Granma volvieron a cabalgar elegante sobre la grama del estadio neutral José Antonio Huelga para dejar tendidos en el terreno a los Cocodrilos matanceros, arrebatarles la corona nacional, y proclamarse campeones por tercera ocasión en el último lustro, al vencerlos en la tarde del domingo con pizarra final de 6-5.
Los fieros verdugos orientales comandos por Carlos Martí, el más longevo de los directores cubanos en activo y ganador de cuatro títulos en nuestros campeonatos domésticos si sumamos el obtenido en la Serie Selectiva de 1989, volvieron a entrar en la historia bendecidos por los dioses beisboleros y aclamados por sus fieles, orgullosos de vitorear desde sus casas al mejor equipo de esta Serie Nacional número 60.
No lo pudo impedir el maldito virus que contagió a sus filas, ni algunas ausencias y lesiones, ni las dos semanas que estuvieron alejados de los terrenos. Tampoco pudo frenarlos una campaña atípica y extensa, ni el cansancio martillando los músculos de los atletas, ni los vaticinios en contra ni un rival potente y artillado con figuras con experiencias en ligas profesionales.
Los caballos orientales no creyeron en tesis ni en axiomas milenarios y por tercera vez en una postemporada hundieron en el pantano de las decepciones a unos Cocodrilos yumurinos que defendieron su reinado con todas las armas que tenían disponibles pero fueron incapaces de soportar la estampida violenta de sus adversarios.
No permitieron los ganadores resurrecciones yumurinas en este domingo de Pascua y demostraron otra vez que son el mejor equipo del campeonato
Marcaron primero cerrando el tercer capítulo cuando los primos Santos se combinaron para fabricar una anotación. Roel pegó imparable y robó la intermedia y Raico lo trajo a casa con un tubey por la pradera izquierda frente a los envíos del abridor Noervys Entenza.
En el sexto llegó la rebelión matancera con un paquete de cinco carreras que parecía mortal donde Eduardo Blanco remolcó tres con un doblete con las almohadillas repletas, Yariel Duque empujó una con un elevado de sacrificio, y Yadil Mujica completó el racimo con un tubey impulsador.
El zurdo Leandro Martínez se fue a las duchas con dos limpias a su cuenta y cargando la pesada cruz de no haberle podido ganar a sus contrarios desde hace ocho años, y César Garcia, en funciones de relevista, recibió las otras tres antes de abandonar también el montículo después de haber soportado par de tubeyes y haber regalado dos boletos, uno de ellos intencional.
Mientras tanto Entenza, siempre caminando sobre las brasas al conceder cuatro bases por bolas, propinar un pelotazo, y permitir nueve imparables en 6.1 episodios, entre ellos uno de Roel que se llevó las cercas del jardín derecho; era ayudado por una defensa que fabricó cinco doble plays para terminar su labor del año dejando a su equipo arriba en el marcador.
Sin embargo, unos Alazanes que jamás han entregado bandera en esta campaña, lograron empatar las acciones en la parte baja del octavo cuando pisaron dos veces la goma del plato. El relevista Naykel Cruz le dio pasaje gratis a Guillermo Avilés y toleró un sencillo del incontenible Garcia que lo sacó del box, y su sustituto Joel Suárez no pudo evitar un toque de sacrificio, un elevado de Yulián Milán a los jardines, y un cañonazo de Roel que dejó las definiciones para la novena entrada.
Erluis Blanco y Joel Mojena se encargaron de mantener tranquilos en sus cuevas a los Cocodrilos en el último tercio del partido, hasta que se definió el choque en la novena entrada cuando con los ángulos congestionados y Jonder Martínez en la lomita de los martirios, Guillermo Garcia alcanzó la gloria con un cohete tremendo que hizo caer en sus manos el trofeo de campeones.
¡Felicidades Caballos!