El 24 de agosto de 1879 se levantó en armas el brigadier Belisario Grave de Peralta, secundado por el teniente coronel Cornelio Rojas, los comandantes Remigio Almaguer y Luis Hechavarría, y unos 200 hombres, en el lugar conocido por San Lorenzo, cerca del río La Rioja (provincia de Holguín), donde se pronunció el Grito de Independencia o Muerte.

El alzamiento principal se produjo en la Plaza La Yerba, en Santiago de Cuba, donde el 26 de agosto de 1879 el general José Guillermo Moncada, los coroneles José Maceo y Quintín Bandera, el teniente coronel Rafael Maceo y otros jefes y oficiales con unos 400 hombres, salieron de la ciudad a ocupar las regiones previstas, independientemente de que no pudieron cumplir el plan inicial del levantamiento, organizado por Martínez Freire.

El 27 de agosto de 1879 se levantaron Ángel Guerra (en Holguín), Esteban Varona (en Las Tunas) y Luis de Feria (en Alcalá). A estos alzamientos se sumaron otros: el 23 de septiembre de 1879, en Baracoa, al frente de 200 hombres, se levantó el coronel Limbano Sánchez; el 5 de octubre de 1879, Mariano Torres y Jesús Rabí lideraron los levantamientos de Bayamo, Jiguaní y Baire.

A partir del 9 de noviembre de 1879 se levantaron los grupos comprometidos en Las Villas, al frente de los cuales estaban el coronel Francisco Carrillo; el brigadier Ángel Maestre (en Remedios); el general de brigada Serafín Sánchez (en Sancti Spíritus), Francisco Jiménez (en Arroyo Blanco), Cecilio González (en Ciénaga de Zapata), y Emilio Núñez y el comandante Zamora (en Sagua).

La región de Matanzas no llegó a levantarse y en el occidente, el 17 de septiembre de 1879 fueron detenidos José Martí, Juan Gualberto Gómez, José Antonio Aguilera y Anita Pando, con lo que se frustró el alzamiento de Güines.

Según el periodista, geógrafo y diplomático español Gonzalo de Reparaz Rodríguez (1860-1939), durante la Guerra Chiquita «salieron al campo 8243 personas, de las cuales 1900 eran mujeres y niños», lo que niega la aludida fatiga del pueblo cubano como causa del Pacto del Zanjón.

Los jefes alzados en Oriente y Las Villas esperaban con ansiedad el arribo a Cuba de los mayores generales Calixto García, Antonio Maceo, Carlos Roloff y otros, para que ejercieran la dirección político-militar de la guerra. Las autoridades españolas habían puesto en funcionamiento un plan para controlar el movimiento de los principales jefes de la Guerra del 68, tanto en Cuba como en el extranjero y desplegaron además una intensa propaganda sobre el peligro de la «guerra de razas».

A partir del 20 de septiembre de 1879 declararon al Departamento Oriental en estado de guerra y el 17 de noviembre de 1879, al de Las Villas. Además, incrementaron la represión y reforzaron esos territorios con fuerzas traídas de otras partes de la Isla, incluyendo a 10 000 soldados que arribaron a Cuba entre los meses de octubre y noviembre de 1879, y otros 18 000 más que se recibieron a principios de 1880, con los cuales hicieron frente a los levantamientos.

(Tomado de Ecured)

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