El ver a esas personas que no cesan de mover las piernas aun estando sentados o incluso durmiendo, a veces resulta perturbador hasta para quienes les observan y no solo para aquel que lo sufre.

Podría pensarse que es “una costumbre”, “un mal hábito”, “una manía”… pero en realidad, en muchos casos se trata de una enfermedad conocida como Síndrome de Piernas Inquietas (SPI) o enfermedad de Willis-Ekbom.

Esa urgente necesidad de mantener las piernas en movimiento es un trastorno de origen neurológico sensitivo-motor que, en ocasiones, produce sensaciones molestas en las extremidades principalmente inferiores al permanecer sentado o acostado.

Las causas de esta enfermedad son diversas, aunque suele atribuirse sobre todo a factores relacionados con la regulación del movimiento como el déficit de hierro, anemia (por la llegada deficiente de oxígeno a los tejidos) y a alteraciones en los niveles del neurotransmisor dopamina.

El SPI puede asociarse a otros síndromes como la depresión o la ansiedad y también a padecimientos cardiovasculares, hipertensión y diabetes.

(Autor:Vladia Rubio / CubaSí)

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