A nadie se le ocurriría emprender acciones para convivir en un medio ambiente colmado de insectos, excepto a la ingeniera agrónoma Olemys Vega Guillén y a sus subordinados, en una instalación con cultura del detalle y tanta consagración del personal que logra hacerles cesáreas a las moscas para extraerle larvas.
Y es que en más que un centralito, diminuto por el tamaño de la instalación y grande en el sentido de la responsabilidad de su colectivo Vanguardia Nacional, se ha convertido el Centro Reproductor de Entomófagos y Entomopatógenos (CREE), perteneciente a la Empresa Agroindustrial Azucarera (EAA) Ciro Redondo.
“Aquí en 12 jaulas se reproduce la mosca Lixophaga diatraeae townsend, medio biológico del cual liberamos en los campos cañeros más de dos millones de ejemplares en el 2024, para el 155 por ciento de cumplimiento de lo planificado, con vistas a evitar los daños por parte del bórer de la caña, plaga que penetra en los tallos y se alimenta de las plantas más sólidas, cuyo síntoma es conocido como corazón muerto”, argumenta la jefa del CREE.
“Vencimos todas las tareas del plan el año pasado pese a los inconvenientes con la materia prima para la elaboración de la dieta en el hospedero artificial, a base de aflecho, torula y miel de abeja, donde combinamos alternativas para mantener la vitalidad de las cuatro líneas de entomófagos: la Lixophaga, la Eucelatoria, la Trichogramma y el Tetrastichus, además del entomopatógeno que es el nemátodo Heterorhabditis bacteriophora, este último aplicado en la calabaza, el pepino, el maíz y otros cultivos.
“Comenzamos bien en el 2025 y logramos estabilidad hasta abril que tuvimos un elevado índice de mortalidad de los medios biológicos por las afectaciones del servicio eléctrico, por lo que en los meses de junio y julio solo trabajamos para mantener el pie de cría”.
Subraya que Danilo Fernández Madrigal, director general de la EAA Ciro Redondo, orientó trasladar dichos medios biológicos, que requieren de temperatura a 24 grados centígrados, hacia el laboratorio del homónimo central azucarero, y así pudieron recuperar los procesos desde agosto pasado, en cada una de las líneas productivas.
—¿Hay pérdidas en la producción cañera por causa de las plagas?
“Por el bórer de la caña no ha habido problemas, el índice de infestación se comporta entre 0.86 y 0.87 por ciento, las pérdidas ocurren cuando supera el 1.10 por ciento”.
—¿De alguna manera inciden ustedes en el notable decrecimiento de la materia prima fundamental para la fabricación de azúcar?
“Negativo, aplicamos los medios biológicos en la medida que las máquinas vayan cortando los cañaverales, accionamos a partir de cumplir un mes el retoño; antes liberábamos tres millones de moscas cada año cuando había 22 000 hectáreas (ha), hoy dos y medio millones con 11 000 ha, disminuye el área a proteger, aunque se pronostica crecer en el principal rubro de la economía de nuestro municipio”.
Los trabajadores del CREE de Ciro Redondo también aspiran a ese salto. Vega Guillén, su máxima representante, anhela hablar del posible éxito en calidad de delegada a las sesiones finales del 22 Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), en el 2026.
En tal sentido, enfatiza acerca del principal compromiso: “Cumplir lo que nos toca en relación con las 93 medidas para salvar el sector azucarero y contribuir a la producción de alimentos en campos de los clientes nuestros de 19 Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC) y del sector campesino, a partir de la utilización sistemática de medios biológicos ante el déficit de plaguicidas”.
Razones para otros festejos
/Autor:José Luís Martínez Alejo/
