Esa costumbre de los aficionados, de querer saber lo que piensan de su equipo los que escribimos con asiduidad del béisbol cubano, me obliga, nuevamente, a escribir de un tema, del que confieso, no me agrada mucho incursionar.

Y no me agrada mucho escribir de pronósticos beisboleros porque, sencillamente, no me gusta caer en la tentación de dar favoritos o eliminados desde precompetencia. Ya he dicho que no son pocas las veces que he pasado por esa pesadilla.

La práctica de muchos años en esta profesión me enseñó que un análisis particular de un equipo no siempre muestra resultados valederos si solo se tiene en cuenta el historial o posibilidades de su plantilla.

Y si quieren un ejemplo “fresquito” recuerden a la nómina que presentó los Tigres en la 63 Serie Nacional. A ojos vista parecía tan débil que no dudé en afirmar que, desde mi óptica, era el equipo más débil que había presentado Ciego de Ávila en la historia de nuestros clásicos beisboleros.

Pues bien, no está de más recordar que ese mismo “combito” fue el que no sólo llegó a incluirse en la pos temporada, sino que luchó hasta el séptimo juego ante la escuadra tunera que luego se proclamaría monarca.

Pero aclaro: no fue que mi evaluación de las posibilidades de aquel conjunto fuera superficial, sino, que este, demostró algo que es una máxima en el béisbol: una cosa dice el papel y otra el terreno.

Entonces, que quede claro: no me retracto de considerar débil aquel equipo, como ahora mismo, a solo unas horas de la arrancada de la 64 Serie Nacional de Béisbol opino que estos Tigres tendrán que superarse a ellos mismos para tener una actuación decorosa en la lid.

Téngase en cuenta que ha sido necesario suplir la ausencia de 19 de los peloteros de la anterior equipo y que 15 de sus integrantes son novatos.

Con esta gran verdad, el mentor Dany Miranda pudiera asumir el papel de Cenicienta, pero ha reiterado que su equipo aspira a incluirse entre los ocho primeros cuando concluyan los 75 partidos del calendario. Y cumple así con el concepto que le expresó a este redactor el pasado año: “este es el equipo que me tocó dirigir y no tendré justificaciones para ‘limpiarme’ de un mal papel”.

Esa manera de enfrentar su responsabilidad fue determinante en el título que consiguió en la Tercera Liga Élite. A los bisoños peloteros que ahora dirigen les ha inculcado que los Tigres no saldrán al terreno no sólo en busca de experiencias, sino, más que todo, con ansias de resultados.

Tal forma de enfrentar la contienda pudiera ser el quid para hacer añicos de nuevo a los pronósticos.

/Autor: Mario Martín Martín/

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