Según el último vaticinio del modelo de conjunto del Centro Europeo de Pronóstico Meteorológico a Medio Plazo, que respalda además el Centro de Predicción Climática de Estados Unidos, los vientos en los niveles altos de la atmósfera sobre el Atlántico tropical y el mar Caribe mostrarán un debilitamiento notorio hacia mediados de este mes de agosto.
Esta disminución de la cizalladura del viento —uno de los factores que habitualmente inhibe la formación de huracanes— incrementará notablemente las probabilidades de desarrollo de tormentas tropicales.
Otra señal de advertencia la proporciona el índice de Energía Ciclónica Acumulada (ACE, por sus siglas en inglés), que mide la fuerza y duración de las tormentas tropicales y huracanes.
El modelo Ecmwf sugiere que esta métrica comenzará a elevarse de manera significativa durante la segunda mitad de agosto, lo que representa un indicio más del probable aumento de la actividad ciclónica.
Esta proyección coincide con lo que históricamente se observa: agosto suele marcar el inicio del período más activo de la temporada de huracanes en el Atlántico.
Aunque factores como la presencia de polvo del Sahara y vientos hostiles en las capas altas limitaron el desarrollo de tormentas en los primeros días del mes, los especialistas enfatizan que esto no implica una temporada tranquila.
Todo lo contrario: la calma inicial podría dar paso a una segunda mitad mucho más turbulenta, advierten.
/Fuente: Prensa Latina/