El empeño del Grupo Empresarial de Comercio de Ciego de Ávila (GECCA) por brindar servicios de calidad al pueblo y mejorar el confort de sus instalaciones se revierte en la actualidad en mejores indicadores de eficiencia y resultados económicos, como el cumplimiento de la circulación minorista en el mes de julio al 129 por ciento y un acumulado del 115 por ciento en lo que va de año.
Desde entonces, año tras año, el periódico avileño Invasor dio cuenta de la lentitud de los avances en Ciego de Ávila, pues la conversión de empresas en unidades empresariales de base (UEB), como estructuras encargadas de nuevas formas de gestión, no ha dado los esperados y necesarios, “productos competitivos, variados y asequibles al bolsillo” de los consumidores.
Un indicador económico de tanto peso en los municipios del país, la circulación mercantil minorista, funciona como espejo del funcionamiento económico territorial. De acuerdo con precisiones de Yadiel Pérez Téllez, coordinador de programas agroalimentarios del Gobierno provincial, en 2024 Ciego de Ávila incumplió su plan anual, “nos quedamos al 84 por ciento, uno de los más malos del país”.
Sin embargo, el directivo asegura que, “en el peor de los contextos: falta de productos de la canasta básica y de materiales de la construcción, tenemos concebidas otras formas de autogestión para evitar que esa situación se repita”. Revisa las ventas hasta el pasado día 22, antes de precisar que “los mayores incumplimientos recaen en Baraguá y la Empresa Municipal de Comercio de Ciego de Ávila”, aunque los números globales rebasan el plan en un 14 por ciento.
También con datos de por medio, el director general del GECCA ratifica que el plan anual (2426.9 millones de pesos) no constituye una utopía, “si sumamos más de mil pesos en casi cinco meses, no debe haber problema ninguno para cumplir, solo en abril hicimos 245 millones; estamos vendiendo más de 7.1 millones de pesos diarios. Desde enero y hasta marzo siempre hicimos más de 200 millones cuando el plan en enero era solo de 169 millones, igual cifra en febrero, y en marzo, 189, al igual que en abril”.
Aunque la tendencia parece confirmar las expectativas de los directivos, no pasa lo mismo con los consumidores. Porque no es tan obvio ni resulta directamente proporcional en el orden cualitativo que cumplir un plan se traduzca en más satisfacción de las necesidades del pueblo, aunque crezca el número de servicios y se disparen las ventas, no siempre asociadas a precios asequibles, ni a un mayor número de productos.
/Autor: Magaly Zamora Morejón/