Las tormentas eléctricas son uno de los fenómenos meteorológicos más espectaculares y, a la vez, más peligrosos de la naturaleza. Con relámpagos que iluminan el cielo y truenos que retumban con fuerza, estos eventos meteorológicos son el resultado de complejos procesos atmosféricos.
Se originan por el desarrollo de cumulonimbos, nubes densas y verticales que alcanzan grandes alturas. Su formación requiere tener ciertas condiciones como aire cálido y húmedo en superficie, que asciende rápidamente, inestabilidad atmosférica, que permite que el aire caliente siga elevándose y un mecanismo de levantamiento, como un frente frío o el calentamiento solar.

Cuando el aire húmedo se eleva, se enfría y el vapor de agua se condensa, formando gotas y cristales de hielo. Dentro de la nube, las corrientes ascendentes y descendentes generan colisiones entre partículas, creando cargas eléctricas. Eventualmente, esta separación de cargas (positivas en la parte superior y negativas en la base) desencadena rayos.

Los rayos son descargas eléctricas visibles que ocurren durante una tormenta, generadas por la diferencia de cargas entre nubes o entre una nube y el suelo, manifestándose como un destello luminoso.

En cambio, los truenos son el sonido producido por la rápida expansión del aire al calentarse instantáneamente (hasta ~30,000°C) debido al paso del rayo.

Mientras que la luz del rayo viaja casi instantáneamente (~300,000 km/s), el sonido del trueno se propaga más lentamente (~343 m/s), lo que explica por qué primero vemos el relámpago y luego escuchamos el estruendo.

La distancia a la que cae un rayo puede estimarse contando los segundos entre el destello y el trueno (cada 3 segundos equivalen aproximadamente a 1 kilómetro de distancia). Aunque siempre que hay un rayo se produce un trueno, este último puede no escucharse si la descarga es muy lejana.

Las tormentas eléctricas por lo general vienen acompañadas de otros fenómenos meteorológicos peligrosos como lluvias fuertes e intensas que pueden provocar inundaciones súbitas, precipitación de granizos o tornados, así como vientos lineales fuertes de mas de 100 kilómetros por hora.

/Fuente: Centro Meteorológico de Ciego de Ávila/

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