El déficit de indispensables recursos les pone zancadillas a los planes productivos, pero no a la audacia del personal de la UEB Hormigón y Terrazo –más conocida por la bloquera española–, del municipio avileño de Morón.
“La existencia de cemento ha sido insuficiente, por lo que el cumplimiento de los planes se ha comportado de acuerdo con la cantidad asignada para procesar bloques de hormigón de 10, 15 y 20 centímetros de ancho y demás productos”, explica Raico Jiménez Reyes, jefe de producción, y argumenta sobre las limitaciones, también, en el procesamiento de morteros especiales para los trabajos de albañilería.
Al óptimo aprovechamiento de los insumos disponibles se suman las iniciativas: “Continuamos la diversificación con un separador para recubrir el espacio entre el acero y la superficie inferior de la losa de hormigón, con vistas a evitar fisuras, grietas y corrosión, y diseñamos otro separador para vigas de cerramento”, subraya el ingeniero civil.
Cuenta acerca de una experiencia que elevó la motivación colectiva: “Yo fui el primero en declararme inconforme con la tarea de convertir en organopónicos los jardines de nuestro centro laboral, pero cuando nuestro director nos explicó que se trataba de sembrar las áreas vacías, que luego rindieron frutos, me convencí de la importancia de autoabastecernos de alimentos”.
Alexander Llanes Bello, director de la UEB, argumenta que no quedan espacios vacíos en las áreas aledañas al plantel industrial, donde cosechan plátanos, yuca, boniato, calabaza, ají pimiento y cachucha, tomate, pepino, habichuela, rábano, lechuga y berenjena.
/Autor: José Luís Martínez Alejo/