El cáncer de colon es un ejemplo de carcinoma que se produce en el colon, la porción más prolongada del intestino grueso. Ordinariamente, empieza como pequeños bultos o crecimientos conocidos como pólipos en el revestimiento del colon.
Estos pólipos, inicialmente benignos, no obstante, pudieran convertirse en cancerosos con el pasar del tiempo. El cáncer de colon pudiera lentamente desarrollarse y, en sus etapas iniciales, es probable que no provoque sintomatología notables, lo que hace que la temprana detección a través de investigaciones de rutina sea primordial para impedir su progreso.
El peligro de desarrollarse un cáncer de colon se incrementa con la edad, fundamentalmente después de los 50 años, y asimismo está relacionado con elementos genéticos, como son los historiales familiares de la enfermedad.
Otros elementos de peligro comprenden dietas ricas en grasas y carnes procesadas, una forma de vida sedentaria, enfermedades inflamatorias del intestino como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn y la obesidad. Si no es descubierto a tiempo, el cáncer de colon es capaz de propagarse a otras zonas del cuerpo, como son los ganglios linfáticos y otros partes cercanas, lo que obstaculiza su tratamiento.
El tratamiento del cáncer de colon cambia según el período en que se descubra y pudiera implicar quimioterapia, cirugía para eliminar el tumor, radioterapia o una combinación de ellos. La cirugía es la principal opción en los casos en los que el cáncer se delimita en una parte del colon y aun no se ha esparcido.
La radioterapia y la quimioterapia son más habituales en casos de cáncer metastásico o avanzado. La temprana detección a través de pruebas como la colonoscopia es clave para optimizar las probabilidades de un exitoso tratamiento, pues permite eliminar e identificar pólipos precedentemente de que se transformen en cáncer.
/Tomado de Cubahora)