Aunque a priori les llamamos certezas, bien podríamos haberle llamado “pronósticos”. Todas van a cumplirse, pero… ¿demuestran alguna habilidad predictiva? La respuesta es no.

En este caso la explicación es sencilla, Andrea es el primer nombre en la lista de ciclones tropicales a usar en esta temporada, por lo que siempre que haya al menos uno se llamará así, aunque como vamos a analizar seguramente en próximas entregas, las perspectivas son de una temporada activa.

Un ejemplo “más impresionante” sería anunciar la formación de la tormenta tropical Alberto en 2030, siguiendo el mismo principio. Este ejemplo persigue mostrar que no solo hacer un pronóstico de algo seguro, sino tomarlo como base para otras informaciones, puede parecer una muestra de conocimiento, porque parte de la realidad, pero no es más que un tipo de desinformación.

Habitualmente dentro de la temporada ciclónica pululan muchos contenidos, que usando este tipo de estrategias, buscan llamar la atención, recibir reconocimiento público y ser compartidos.

(Tomado de Cubadebate)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *