El Festival Piña Colada, que tuvo a Morón como una de las sedes, dejó un dulce sabor entre quienes, atraídos por la buena música, las tertulias y el quehacer identitario e histórico, disfrutaron cada una de las ocasiones, tanto en áreas al aire libre como en instalaciones del sector cultural asentadas en el territorio.

El Coloquio El Águila de la Trocha, primero, el desfile inaugural del evento a renglón seguido y la presentación de artistas en el proyecto Reverbero, el café Apolo o en la plataforma central, devino atracción inequívoca para el disfrute pleno en jornadas llenas de colorido, entusiasmo y pasión.

Arnaldo Rodríguez, promotor del evento y por demás diputado por Morón ante el Parlamento, siguió paso a paso cada actividad, sin descuidar las que en la capital provincial se convirtieron en atractivo para todos los gustos y edades.

Los moronenses tuvieron la oportunidad, una vez más, de compartir con artistas de primer nivel, disfrutar su buena música y tararear junto a ellos melodías de aceptación popular que se han convertido en íconos de la interpretación.

Sin duda, el Piña Colada caló de nuevo entre todos, dejó huellas, palpitó de lleno en el corazón de quienes, atraídos por sus variadas y peculiares opciones, hicieron de cada jornada un punto de partida para saborear la vida.

(Autor: Carlos G. González Ruiz)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *