La prolongada inestabilidad del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), a partir de las constantes roturas en la base térmica, además de los desabastecimientos de combustibles, hace que la mayoría de la población, bastante afectada por los larguísimos apagones, ponga todas sus expectativas en la sincronización de los grandes parques solares que están en construcción.
Vicente de la O Levy, ministro cubano de Energía y Minas, concedió una detallada entrevista al diario Granma, para responder y explicar varias interrogantes sobre la progresiva recuperación de la generación de electricidad, de las inversiones en curso, de su sostenibilidad, de lo que más rápido aportará a revertir la crisis actual, y de la revitalización de otras fuentes que diversificarían la matriz energética del país.
–Ministro, partamos del ideal posible –y anunciado– de que, en 2025, alrededor de medio centenar de parques se incorporen a la generación, y que se sobrepasen al menos los mil megawatts (MW) de disponibilidad por esa vía. Si lo comparamos con la media diaria del déficit actual, ¿significará esto, matemáticamente, que al menos se reduzcan las dos terceras partes de los apagones que hoy suceden? ¿Puede interpretarse así?
–Es lógica la preocupación, lógica e inteligente. Nuestro pueblo está bien capacitado, y conoce los términos de megawatt, de déficit, de generación, de pérdida… y surgen dudas como esas.
«Pero la recuperación no es con los parques solares fotovoltaicos solamente. Es un programa, por supuesto, en el cual lo más connotado o lo más novedoso, lo diferente, son los parques solares fotovoltaicos.
«Pero al sistema eléctrico hay que verlo desde diferentes aristas. Hay un tema que es combustible, porque la producción de combustible –igual que se deprimía el Sistema Eléctrico Nacional– también venía decreciendo; al extremo de que se analizó que iba a llegar un momento en que no íbamos a tener combustible ni para las termoeléctricas. Hablamos del crudo nacional, y del gas acompañante para generar corriente.
«Al final, en el diseño aprobado, discutido con la cátedra cubana, con las universidades, con los centros de investigación –y que es un trabajo que se viene haciendo hace muchos años–, se llegó a la conclusión de que tenemos que procurar la independencia en las importaciones de los combustibles.
«Siempre hemos sido dependientes en la importación de los combustibles, al punto de que la factura petrolera es la mayor de Cuba; más que los alimentos, más que los medicamentos, más que todo. Y del combustible importado para sostener la economía completa, la generación de electricidad es el mayor consumidor: más de la mitad de todo el combustible que usa el país es para generar corriente.
«La agricultura, el bombeo de agua, la zafra, el transporte, toda la cadena de la economía interna, todo consume menos que la generación de electricidad.
¿Cómo se operará el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) cuando los parques solares fotovoltaicos en construcción estén todos sincronizados y aportando?
La duda no es de pocas personas, pues a sabiendas de que la fuente de energía en este caso solo brilla media jornada –si lo permiten las nubes–, es comprensible que preocupe qué pasará en la noche, por ejemplo, cuando precisamente ocurre el momento pico de consumo de electricidad.
¿Cómo salvar esa notable diferencia de generación entre los horarios diurno y nocturno? ¿Puede el SEN, como con la bicicleta eléctrica de casa, acumular carga para usar a cualquier hora?
Por tanto, reducir el consumo en el proceso de generación, sin perder potencia, es clave para la vitalidad del SEN, de modo que si este año, como está previsto, se logra incorporar «mil megawatts (MW) de energía renovable, estaremos ahorrando combustible, que es combustible que podremos “tirar” para la generación en la noche».
(Fragmento de entrevista Tomado de Granma)