Con el inicio de la primavera coincide el Día Mundial de la Poesía. ¿Casualidad? ¡Claro que no! El 21 de marzo el horizonte se llena de verde, con suerte de flores y también de adjetivos y discursos poéticos por todas partes porque esta es una estación asociada con el renacimiento, la creatividad y la renovación, igual que la poesía.

La celebración fue proclamada en 1999 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como una forma más de promover la lectura, por incentivar el gusto por la poesía, así como por su estudio y escritura, por intentar darle su merecido lugar en el mundo y preservar las tradiciones parte del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.

La verdad es que la poesía lo inunda todo desde siempre. Nos enamoramos y le encontramos sentido a cada línea de Jaime Sabines (1926-1999) y nos ponemos trágicos o amorosos y buscamos encantar al otro con frases escritas hace cien años ya, que funcionan muy bien. Pero también hay muchísima poesía política, o anécdotas, o dedicada a la naturaleza y a cada aspecto de la vida.

(Redacción Informativa)

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