Redacción Informativa

El central Patria, de Morón, comienza a construirse en el año 1914 en los terrenos de la colonia denominada Santa Catalina, cedido por su propietario Manuel Mariño Carrejas, ciudadano español que vino a Cuba desde muy temprana edad, cuyos terrenos con anterioridad, hubieron de pertenecer al moronero Luis Manuel Pardo.

Los terrenos inicialmente cedidos para la construcción, constituía una productiva operación para su propietario, ya que enclavado dentro de su perímetro, ellos facilitaba que sus cañas que bordeaban los alrededores de la fábrica, le permitieran transportarlas sin mayores dificultades y en particular, en las épocas de lluvias.

Los fundadores del Central Patria, lo fueron el doctor Fernando Sánchez Fuentes, catedrático de Derecho Mercantil de la Universidad de La Habana y delegado de Cuba ante la Sociedad de las Naciones en La Haya, Holanda, casado con Patria Tío, hija de la poetisa puertorriqueña Lola Rodríguez de Tío, amiga de nuestro apóstol José Martí y según versiones dio origen al nombre que aún tiene el Central, no guardando por lo tanto, relación con ningún acontecimiento histórico, antes de aquella etapa. Pedro Medina, abogado y en aquel entonces Jefe del Registro y Negociador de la República y Fausto García Menocal, precedente de una familia de vastos recursos económicos y amplios conocimientos de la industria hermano del entonces Presidente de la República Mario García Menocal caudillo de las clases conservadoras del país e incondicional lacayo del imperialismo yanqui.

Los obreros fundadores oscilaban entre 90 o 100, quienes a través de los medios más rudimentarios y brutales, fueron capaces de materializar el montaje e instalación de equipos y maquinarias. Para que se tenga una noción del esfuerzo a que fueron sometidos, bastase como antecedente, que al no contarse con los recursos técnicos imprescindibles, todos sin excepción fueron movidos e instalados utilizando la tracción animal: “bueyes” así como el esfuerzo físico de los propios obreros. Para poder montar las masas de los molinos, fue necesario emplear chicleros y tirabiras, métodos que utilizaba para elevarlas escalonadamente y en caso de retorno al punto de partida, se detenía el impulso con el uso del tirabiras para evitar accidentes.

Concluida la primera zafra, el central en Patria es adquirido por la familia Falla Gutiérrez, descendientes de españoles, quienes eran dueños en aquel entonces de los centrales “Andreita” y “Cieneguitas”, el primero enmarcado en las zonas de Cruces y el segundo en las proximidades de la ciudad de Cienfuegos, ambos en la provincia de Las Villas.

La adquisición se materializa a través de una operación de venta en la que interviene una cantidad en efectivo superior al millón de pesos, operación en la cual se asocian factores de orden económico y rentabilidad, ya que por tratarse de un Central de muy poca capacidad demolida, producción y pobre técnica resultaba relativamente incosteable para sus anteriores propietario. A estos factores se unían otros no menos determinantes, como lo fueron la falta de materia prima: caña, lo que queda demostrado si tomamos en consideración el fomento de la primeras colonias y el reducido número de días de la primera zafra.

Fue nacionalizado el 13 de octubre de 1960 y fue el primer central de Cuba que inició en 1963 una zafra con el corte y el alza de caña totalmente mecanizado..

Actualmente sirve como museo, el que es visitado asiduamente por turistas nacionales y extranjeros y desde él parte una excursión campestre a bordo de un tren tirado por una locomotora a vapor denominada “Tras las huellas de azúcar”.

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